Crear arte es como tejer.

A través del Diseño creamos tensión, luego viene la lucha y el tire y afloje; el resultado, la vida y la energía de la obra de arte creada.

En estos óleos la artista expresa esta energía convocando al espectador a participar de aquello a lo que se refería “Walter Benjamin” cuando escribía sobre la deconstrucción de la imagen. Esta obra busca las formas, el volumen y las texturas, interpretando estas características, buscando reflejar un universo imaginario a través de los tejidos.

Los accidentes de los tejidos evocan formas de la naturaleza, abstrayendo la gracia de una mariposa, o el carácter de los sujetos, recreando toda la fuerza y color para sugerir nuevas interpretaciones del entorno natural y sus habitantes. Los sugerentes movimientos de sus pliegues grabados en su imaginación, luego de la mano de una esmerada artesanía, brotan en forma de evocadoras geografías.

Como artista, Ana Elisa está interesada en el medio de la pintura al óleo para lograr la originalidad de la obra de arte. En una época en que la tecnología nos permite de una manera fácil, hacer reproducciones incluso la más perfecta de ellas, carece de un elemento; su presencia en el tiempo y el espacio y su existencia única en el lugar en el que habita.