La realidad que habitamos es un constructo efímero, una danza de partículas y energía moldeada por nuestra percepción. Según la física cuántica, lo que consideramos como sólido y tangible es en realidad un entramado de pequeñas moléculas y partículas subatómicas que, en su esencia, carecen de forma definida. Estas partículas, que constituyen todo lo que nos rodea, no existen en un estado fijo hasta que son observadas; es nuestra mirada, nuestra conciencia, la que colapsa su función de onda en un estado particular, dando lugar a la “realidad” que experimentamos.
¿Es la materia entonces una ilusión? Esta pregunta cautivó mi interés y ha sido el punto de partida de mi investigación artística. En este sentido, mi trabajo propone un mundo alternativo en el que se sugiere que lo que percibimos como sólido y coherente es en realidad un mar de posibilidades,
un lienzo en blanco donde las partículas están en un estado de superposición hasta que interactuamos con ellas y les damos sentido. La experiencia estética, nos invita a acercarnos y alejarnos en un juego óptico, que construye y deconstruye una imagen, nos lleva a observar la composición de la “realidad” a través de ventanas a micro mundos aumentados.
Anatomía de la Ilusión es una exploración de esta paradoja, una invitación a cuestionar la materialidad de lo que damos por hecho. A través de esta serie, se descompone, en pequeños puntos de pintura, el espacio, las formas, los objetos y los cuerpos, exponiendo la fragilidad de nuestra percepción. Las obras presentadas juegan con la idea de que el mundo es una proyección
mental, una composición de nuestra mente que puede ser manipulada y reinterpretada.
Al sumergirse en esta exposición, el espectador es desafiado a reconsiderar la frontera entre lo real y lo ilusorio, enfrentando la posibilidad de que todo lo que conoce es, en última instancia, un espejismo sostenido por la mente humana.
Entérese de nuestros eventos y exposiciones